lunes

Parménides: Ser y Pensar



El fragmento 3, a nuestro juicio, establece la identidad entre pensar y ser, una cuestión continuamente presente en la metafísica occidental (y también una de las que han puesto de actualidad en el terreno científico los postulados de la física cuántica). El breve e incompleto fragmento 3 aborda de manera decidida y radical el tema: “… pues lo mismo es pensar y ser.” La interpretación que dieron los neoplatónicos al transmitirnos este fragmento es que el Ser es puro pensamiento, el resultado de una Inteligencia, de una mente (nóos) universal. Antes de Parménides, Jenófanes había afirmado ya la existencia de un Dios único, que dotado con características similares al Ser de Parménides (“permanece en el mismo lugar sin moverse nada en absoluto”, DK 21. fr. B26, 1), mueve todo con su pensamiento (“sin fatiga, todo lo agita con la voluntad de la mente”, DK 21. fr. B25). Posteriormente el noûs de Anaxágoras, cuya descripción tiene también afinidades con la del Ser de Parménides (DK 59, B12) y que gobierna y dirige todo, refuerza esta interpretación del fragmento 3.

El fragmento 8 introduce una nueva argumentación en torno a la relación entre ser y pensar que va en esta misma dirección: “Y lo mismo es pensar y aquello a causa de lo cual es el pensamiento. En efecto, sin el Ser, en el cual el pensamiento está expresado, no encontrarás el pensar” (fr. 8, 34-36). La primera frase, “lo mismo es pensar y aquello a causa de lo cual es el pensamiento”, repite la identidad entre Ser y pensar. Pero es la segunda frase la que más sirve de apoyo a la tesis de la existencia de una Inteligencia o pensamiento universal constitutivo del Ser, “... sin el Ser, en el cual el pensamiento está expresado”, pues su sentido es necesariamente que el pensamiento se expresa o se manifiesta en el Ser.

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